Es normal que las personas quieran evadir los signos de envejecimiento natural, por ello, el amplio mercado de cremas, ungüentos, medicamentos, bebidas, alimentos, maquillaje, y pare usted de contar, de la cantidad de cosas que se pueden utilizar para retrasar o disimular tal deterioro. Pero cuando las acciones van más allá e implican una modificación invasiva como un lifting Marbella o una cirugía plástica, hay que analizarlo muy bien.
Cuando hay un bisturí de por medio, la transición no es paulatina ni lenta, como para testear si conviene o no, de acuerdo a lo que vayamos observando para desistir y probablemente, si hay algún daño, los efectos se puedan revertir sin tanta complicación, por el contrario, una intervención estética provocará un cambio notable e inmediato, bien sea para bien o para mal.
En función de lo antes expuesto, es razonable que, en primer lugar, hay que pensarlo bien si es necesario o si es factible optar por otras alternativas. A veces es cuestión de mejorar ciertos hábitos, como una mejor alimentación, una adecuada hidratación, limpieza rutinaria y acudir a centros estéticos cada cierto tiempo para consentirnos con técnicas de embellecimiento, o tal vez incluir en nuestras rutinas de aseo la aplicación de cremas, mascarillas caseras, etc.
Es cierto que si ya los signos de envejecimiento están muy acentuados de ninguna manera vamos a retomar un aspecto radiante tal como lo teníamos unos años atrás. Por lo tanto, hay ocasiones en las cuales sí es recomendable buscar una clínica especializada en cirugías estéticas. Lo que no podemos hacer bajo ninguna circunstancia es confiar nuestro rostro a personas no certificadas o inexpertas.
El rostro a diferencia de otras partes del cuerpo difícilmente se puede ocultar, al menos en nuestra cultura en la que no es usual cubrirnos, por lo tanto, cualquier cambio se notará para que nos admiren o pare ser criticados. Y por encima de lo que puedan decir los demás, de quien seremos juzgados con mayor severidad será por nosotros mismos.
Procurar un cambio es para sentirnos mejor, no peor, por ende hay que ser consciente de esta decisión y de tomarse, no hay que escatimar y buscar únicamente los mejores.