La tierra en su gran manto de bondad, provee constantemente a lo que habitamos en ella, de climas y elementos de las cuales nuestro cuerpo y nuestra mente pueden ser plácidamente complacidos, por ejemplo, desde disfrutar del sol a orillas del mar con todo lo que ello representa e inmediatamente pasar a degustar un rico desayuno acompañado de rica miel para deleitar nuestro paladar.
Sin duda, esto es un regalo de la naturaleza y aún más sabiendo que al consumir un producto natural como la miel cruda, además de disfrutar de su rico sabor, la misma aporta de importantes beneficiosa nuestro cuerpo. Así es de generosa la naturaleza otorgándonos y sorprendiéndonos constantemente con elementos que ayudan a sentirnos sanos y óptimos.
En tal sentido, está comprobado que el uso de la miel pudo haber sido de los primeros alimentos naturales de origen animal que el hombre ha recolectado y ha consumido desde sus orígenes y aunque su empleo en nuestra dieta diaria debe ser de manera controlada, debido a la gran cantidad de aportes energético que ofrece, nunca debe de faltar en nuestra mesa.
En la prevención de enfermedades y la preservación de la salud, la miel cruda representa una aliada ya que ha sido comprobada científicamente sus propiedades médicas como los siguientes:
- Expectorante y calmante de la tos
- Antiséptico, bactericida y cicatrizante
- Antinflamatorio, emoliente y tonificante
- Digestivo y laxante
- Relajante e inductor al sueño
- Antioxidante, mineralizante y prebiótica
Por tal razón, no es raro ver que productos industrializados tengan dentro de sus componentes la multifacética miel quien contribuye con sus propiedades que tales productos sean más efectivos. Incluso a pesar de que este manjar de dioses es 100% dulce los estudios científicos demuestran que los pacientes diabéticos tipo I y II, pueden consumirla en su dieta, pues su empleo es aún mejor que el comercial edulcorante artificial.